El técnico argentino se refirió a su partida del cuadro azul y aseguró que su objetivo era terminar de buena manera la relación. “Pude irme a cero pesos, pero no es mi forma de actuar, no lo quise hacer de esa manera”, sostuvo.
Ya es oficial. La noche de este martes, Universidad de Chile dio a conocer que se concretó el acuerdo para la salida del entrenador Gustavo Álvarez, quien posteriormente rompió el silencio y entregó detalles acerca de su partida del cuadro azul.
En diálogo con TNT Sports, el estratega argentino aseguró que su objetivo era terminar de buena manera la relación con el club.
"Mi principal objetivo era terminar bien la relación. Nos vinculaba un contrato de dos años con un tema de una extensión, tema que no quería tocar porque jamás pensé en terminar un desacuerdo o conflicto jurídico con el club”, expresó el DT.
En la misma línea, planteó que “lo sostengo, no nos merecíamos un final en tribunales, sabíamos que esa cláusula de extensión podía poner la cuestión en un tribunal y preferí evitarlo y terminar en buenos términos y con un reconocimiento o gesto hacia el club con una cifra acordada por ambas partes y que el club tenga retribución económicas, darnos la mano y seguir cada uno en el camino. Pude irme a cero pesos, pero no es mi forma de actuar, no lo quise hace de esa manera”.
Consultado respecto a si hubo un quiebre específico con la dirigencia, como el fallido fichaje de Eduardo Vargas o temas logísticos, el entrenador lo descartó: “Me parece que toda relación se va desgastando poco a poco y es normal en todos los ámbitos de la vida. No hubo hechos puntuales de suma gravedad que provocaron una ruptura, sí un desgaste que considero normal”.
Sobre su relación con Michael Clark, presidente de Azul Azul, comentó que “Michael viene a hablar conmigo faltando dos meses para terminar el año. Hablamos en buenos términos, yo le expresé todo lo que veía, lo que sentía, pero siempre desde el lugar de empleado del club”.
Por último, en cuanto a su futuro inmediato, negó que su salida se vincule con una oferta de una selección o de otro equipo: “No tengo ninguna oferta de trabajo. Yo consideré que era un proceso desgastado, que lo mejor para ambas partes era un cambio. Lo planteo de esa forma pensando únicamente en el presente y sin ningún interés o conveniencia en el futuro”.