Juan Carlos Ferrero rompió el silencio tras su salida del equipo de Carlos Alcaraz. El exentrenador explicó que el quiebre se debió a diferencias contractuales y reconoció estar dolido, aunque dejó abierta la puerta a un reencuentro futuro.
A una semana del quiebre que remeció al tenis mundial, Juan Carlos Ferrero rompió el silencio. El exentrenador de Carlos Alcaraz concedió una entrevista al diario Marca en la que reconoció sentirse “dolido” por el término de la relación profesional, aunque con la tranquilidad de haber cumplido su misión al llevar al murciano a la cima del circuito.
Ferrero aclaró que la separación no tuvo un trasfondo deportivo ni personal, sino contractual. “Al acabar en Turín todos pensábamos que íbamos a seguir, pero cuando termina el año hay que revisar contratos. Había puntos en los que no estábamos de acuerdo. Uno tira para un lado y el otro para otro”, explicó el valenciano.
El exnúmero uno del mundo lamentó que no existiera una conversación final para intentar resolver las diferencias. “Puede ser que se hubiera podido salvar si nos sentábamos a hablar, pero al final no lo hicimos y decidimos no seguir”, reconoció.
Tras siete años de una relación cercana, casi paternal, Ferrero admitió que aún no está preparado para asumir un nuevo desafío profesional. Incluso descartó, por ahora, entrenar a otros grandes nombres del circuito. “Quiero estar tranquilo. Ahora mismo estoy dolido y tiene que pasar un tiempo de duelo”, señaló.
Pese a ello, tuvo palabras generosas para su exdirigido y para Samuel López, quien asumirá el mando técnico. “Samuel lo conoce muchísimo y ha tomado experiencia para llevar el barco. A Carlos le deseo lo mejor y creo que tiene condiciones para ser el mejor tenista de la historia”, afirmó.
Ferrero cerró dejando abierta la puerta a un eventual reencuentro en el futuro. “Cerrar la puerta definitivamente no sería lógico. No estar de acuerdo en ciertos puntos no significa que no sigamos siendo amigos”, concluyó.