Oklahoma City Thunder se coronó campeón de la NBA por primera vez en su historia bajo ese nombre, tras vencer a Indiana Pacers en un dramático séptimo juego. Shai Gilgeous-Alexander fue la gran figura, mientras que el partido estuvo marcado por la grave lesión de Tyrese Haliburton, que encendió las alarmas en el equipo rival.
Por primera vez desde su traslado desde Seattle, los Oklahoma City Thunder se coronaron campeones de la NBA tras vencer por 103-91 a los Indiana Pacers en un séptimo juego de Finales lleno de emociones, tensión y drama.
El conjunto dirigido por Mark Daigneault cerró una inolvidable serie final con un sólido desempeño en casa, rematando la serie 4-3 y desatando la euforia de su afición. La gran figura de la noche –y de toda la temporada– fue Shai Gilgeous-Alexander, quien ratificó su estatus de superestrella al sumar 29 puntos y quedarse con el MVP de las Finales, sumándolo al premio de Jugador Más Valioso de la temporada regular.
Junto a Shai, Jalen Williams (20 puntos) y el novato Chet Holmgren (18) fueron clave para que Oklahoma alcanzara su primera corona desde que la franquicia abandonó Seattle, donde ya habían levantado el trofeo como Supersonics en 1979.
Pero no todo fue celebración. El partido también estuvo marcado por la dolorosa lesión de Tyrese Haliburton, el alma y cerebro de los Pacers, quien debió abandonar el parquet apenas a los 7 minutos del primer cuarto tras una alarmante caída.
Haliburton, de figura a víctima del infortunio
El base de Indiana, que había arrancado encendido con tres triples consecutivos, sufrió lo que podría ser una rotura del tendón de Aquiles de su pierna derecha, una lesión devastadora que podría dejarlo fuera por varios meses. Haliburton ya venía arrastrando molestias desde el Juego 5, pero quiso estar presente en este histórico duelo… y terminó pagando un alto precio.
La escena fue desgarradora: cayó al piso en plena conducción, sin contacto aparente, y quedó tendido boca abajo, sin poder levantarse. Sus compañeros formaron un círculo a su alrededor para protegerlo de las cámaras y, entre lágrimas, lo ayudaron a salir del campo.
A pesar del duro golpe, Indiana batalló con orgullo hasta el final. Bennedict Mathurin (24 puntos) asumió la responsabilidad ofensiva, y Pascal Siakam y T. J. McConnell aportaron 16 tantos cada uno, pero no fue suficiente para frenar la inspiración de un Thunder destinado a hacer historia.